Utilicé un polo blanco, una bufanda de colores oro y burdeos, una falda tableada gris, unos leotardos grises, una rebeca azul marino, unas botas y una varita de bambú.
Para hacer el disfraz me ayudaron mis abuelos, ella con la falda y la bufanda y él con la varita, y no saben cuan agradecida les estoy.
En cuanto a críticas, ha estado bien, pues el abanico de posibilidades a ido desde "¡oh Dios mío! ¡Vas de Hermione!" A "Vas de maestra, ¿no?". Así que no me puedo quejar.
Un carnaval muy original, como todos los que tendré partir de ahora. El año que viene tendré que pensar de qué puedo vestirme, supongo que de Saphira (Eragon) o del Principito, quién sabe...
*Gracias por este pequeño infinito*
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